Poesía al cautivo
Jesús sentenciado a muerte.
No bastan sudor,
desvelo,cáliz, corona, flagelo,
todo un pueblo a escarnecerte.
Condenan tu cuerpo inerte,
manso.
Jesús cautivo de mi olvido,a que,
abierto y exprimido,derrame toda su esencia.
Y a tan cobarde sentencia
prestas en silencio oído.
Y soy yo mismo quien dictoesa sentencia villana.
De mis propios labios manaese negro veredicto.
Yo me declaro convicto.
Yo te negué con Simón.
Te vendí y te hice traición,
con Pilatos y con Judas.
Y aún mis culpas desnudas
y me brindas el perdón.
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